Biografía:
Leo Mazzola nació en Valencia. Arquitecto superior
y máster de urbanismo por la Universidad Politécnica de esa ciudad, a lo largo
de su trayectoria profesional ha diseñado y construido edificios para uso
residencial, hotelero, comercial, cultural, deportivo, y de oficinas, además de
numerosas viviendas unifamiliares.
La profunda crisis del sector inmobiliario le ha
proporcionado la posibilidad de fomentar una de sus mayores aficiones, la de
escritor.
AMORES PROHIBIDOS
(Diario de un hombre) - 1ª Parte, fue su primera novela en publicarse en papel por la
Editorial Chiado en Noviembre de 2013. En Agosto de 2014 se integra en la
asociación literaria Colección LCDE y publica bajo este sello la versión
digital. Poco después, en Septiembre, y con el patrocinio de LCDE, ha publicado
tanto en papel como en ebook AMORES
PROHIBIDOS (Diario de un hombre) – 2ª parte, con el que pone fin a esta
bilogía. Actualmente está trabajando
en su tercera novela.
Algunas De Las Novelas Del Autor:
- Amores Prohibidos (Diario de un hombre) 1ª Parte
- Amores Prohibidos (Diario de un hombre) 2ª Parte
Encontrarás más información del autor y su obra en:
Ultima Novela Publicada:
Sinopsis:
Nueve meses después de iniciar la cibernética relación con Eva, ese amor tan romántico, idílico y platónico lleno de sensualidad y erotismo que surgió de forma tan espontánea como imprevista, mostraba evidentes signos de agotamiento. Pese a todos sus esfuerzos Alejandro no consigue recuperarlo, y el cibersexo que antes practicaban juntos con la simpatía y la pícara ingenuidad casi adolescente de Eva, va dando paso a fantasías sexuales cada más morbosas y transgresoras que se materializan en diversos encuentros reales.
Aflora el lado más oscuro de Alejandro, aquél que mantuvo reprimido durante todo su matrimonio con María, y que ahora, con la complicidad de Eva, alcanza una lujuria sin límites.
Pero sin bien Alejandro consigue hacer realidad todas sus fantasías sexuales, la ausencia de romanticismo y la progresiva frialdad y distanciamiento de Eva le arrastran nuevamente a la nostalgia y la desazón. El fantasma de Raquel vuelve a aparecer reclamando lo que un día fue suyo, y el virus de la culpabilidad también, sometiéndole nuevamente a la tortura del desamor, del fracaso sentimental y al tormento de su conciencia por el dolor causado a sus seres más queridos.
El recuerdo de Raquel y los mágicos momentos de amor vividos con ella se hacen cada vez más presentes en la diaria soledad de Alejandro, provocándole nuevamente una fuerte crisis emocional. Será entonces cuando conozca a Candela, una mujer diferente que arrastra también un pasado traumático que aún no ha logrado superar. Alejandro se enfrentará nuevamente al reto de una decisión tan dolorosa como trascendental en su vida. Una elección que no admite matices. Una nueva oportunidad para encontrar la felicidad.
Fragmento Corto Que Me Ha Cedido Su Autor:
Aflora el lado más oscuro de Alejandro, aquél que mantuvo reprimido durante todo su matrimonio con María, y que ahora, con la complicidad de Eva, alcanza una lujuria sin límites.
Pero sin bien Alejandro consigue hacer realidad todas sus fantasías sexuales, la ausencia de romanticismo y la progresiva frialdad y distanciamiento de Eva le arrastran nuevamente a la nostalgia y la desazón. El fantasma de Raquel vuelve a aparecer reclamando lo que un día fue suyo, y el virus de la culpabilidad también, sometiéndole nuevamente a la tortura del desamor, del fracaso sentimental y al tormento de su conciencia por el dolor causado a sus seres más queridos.
El recuerdo de Raquel y los mágicos momentos de amor vividos con ella se hacen cada vez más presentes en la diaria soledad de Alejandro, provocándole nuevamente una fuerte crisis emocional. Será entonces cuando conozca a Candela, una mujer diferente que arrastra también un pasado traumático que aún no ha logrado superar. Alejandro se enfrentará nuevamente al reto de una decisión tan dolorosa como trascendental en su vida. Una elección que no admite matices. Una nueva oportunidad para encontrar la felicidad.
Fragmento Corto Que Me Ha Cedido Su Autor:
De pronto toda esa magia que había
envuelto nuestro encuentro parecía disiparse, disolverse en la cruda realidad
de la distancia entre nuestras vidas cotidianas. Le ayudé a retirar el desayuno
y cuando ya se quedó en la cocina recogí los restos de mi ropa que yacían en el
salón. No quería hacerlo delante de ella, me hubiera sentido como un proscrito
que abandona un lugar no autorizado sin dejar pruebas de su presencia en él.
Llevé mi bolso de viaje a su habitación, saqué de él la ropa que me iba a poner
ese día y doblé cuidadosamente la de la noche anterior, no sin antes
inspeccionarla buscando algún cabello suyo o alguna mancha de carmín. Incluso
la olí. No había nada idílico en aquél acto, sino más bien la consciencia de lo
clandestino, la necesaria precaución ante un hecho ilícito que precisaba la
ocultación de sus pruebas para protegerlo y preservarlo. Hacerlo delante de
ella me hubiese parecido un acto obsceno pretendiendo eliminar cualquier
vestigio suyo.
Fue entonces cuando me fijé en el ramo de
rosas que estaba sobre un mueble de su dormitorio, aquél que le regalé la
primera vez que fui a verla hacía menos de un mes, aquella que no me quedé a
dormir en su casa, aquella en la que vio en mí a un simple adúltero buscando
una satisfacción sexual fuera de su hogar. Se equivocó entonces y creo que
ahora sabía que no era ese el motivo de estar a su lado. Quizá todo fuera mucho
más fácil tanto para ella como para mí si hubiese sido así, porque en esos
momentos empezaba a sentir una enorme desazón.
La contemplación de esas rosas
sorprendentemente disecadas, con sus pétalos oscurecidos como tintados por la
nostalgia, inertes, me provocaba un mal presagio. La constatación de que el
simple paso del tiempo erosiona las emociones como la brisa del viento reduce a
polvo las rocas o las olas del mar redondean los guijarros. Sólo el recuerdo
puede parecer inalterable, y aún así también se desdibuja o más bien se desenfoca en la percepción
visual de nuestra memoria, perdiendo nitidez las imágenes antes que el sonido
de las palabras que se escucharon al pronunciar “te quiero, te amo, eres mi vida”.
De alguna manera Raquel pretendía
conservar ese recuerdo, el de la primera vez que estuvimos juntos, casi como
dos extraños, las flores que nunca le regalaron, el cariño que sintió con mis
caricias esa noche antes de que la concupiscencia de mi deseo paralizara sus
emociones, consciente antes de comenzar que aquello tarde o temprano tendría un
final y quería dejar un vestigio de que realmente existió, de que no fue una de
sus ensoñaciones o la representación imaginaria de sus anhelos. Quizá yo
también había hecho lo mismo llevando mi cámara de fotos para nuestro encuentro
de anoche, intentado grabar en imágenes la secuencia de todas sus emociones, su
timidez, su expectación, su alegría de felicidad en esa sonrisa contenida, el
tierno brillo de sus ojos cuando me miraba, y la expresión de su rostro cuando
quería que la hiciera mía. Instantes fugaces de unas horas vividas con
intensidad inusitada que pretendíamos atrapar desesperadamente en nuestra
memoria.
Muchísimas gracias Nerea por el excelente post que le has dedicado a mi última novela. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarDe nada!! Es un placer poder ayudar. Un abrazo. 😚
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